lunes, 11 de julio de 2011

7 DE JUNIO: JURA DE LA BANDERA













1º AÑO







DÍA DE LA MADRE













FORMAR LECTORES UNA NECESIDAD CATEGÓRICA

Lego, ergo sum


Amado Muñoz Cuchca


La lectura es la base principal para la adquisición del conocimiento humano. Cuando alguien comprende lo que lee, aprende, porque su lectura le participa significados diversos y le brinda otras perspectivas sobre el mundo circundante. Hasta cuando leemos por placer se produce un tipo de aprendizaje no intencionado.

Leer, del latín legĕre, en su más simple acepción denota descifrar. Según la hermenéutica, leer es comprender y darle sentido a un texto. De acuerdo con algunas de las acepciones del diccionario de la Real Academia Española, leer es pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados. Es comprender el sentido de cualquier otro tipo de representación gráfica. Exige entender o interpretar un texto de determinado modo. En suma, es descifrar un código de signos para adivinar algo oculto.

Sin embargo leer implica algo más: “entender el mundo que nos circunda”, es decir, leer es un acto razonado que se orienta a la interpretación del mensaje codificado, a partir de lo que propone el texto. Leemos todo lo que está a nuestro alrededor, desde la naturaleza de los objetos, hasta las reacciones, gestos y conductas de nuestros semejantes. Todo lo incomprensible que está a nuestro alrededor necesita ser decodificado para su entendimiento, en este aspecto la lectura es una herramienta básica.

Según Solé, (1992) desde la perspectiva interactiva, "Leer, es el proceso mediante el cual se comprende el lenguaje escrito. En esta comprensión intervienen tanto el texto, su forma y su contenido, como el lector, sus expectativas y sus conocimientos previos. Para leer necesitamos, simultáneamente, manejar con soltura las habilidades de decodificación y aportar al texto nuestros objetivos, ideas y experiencias previas; necesitamos implicarnos en un proceso de predicción e inferencia continua, que se apoya en la información que aporta el texto y en nuestro propio bagaje, y en un proceso que permita encontrar evidencia o rechazar las predicciones o inferencias de que se hablaba."

Escribir y leer no son actividades innatas al hombre, por lo tanto implican cierta dificultad para su adquisición. Si este escenario persiste, puede ser la causa que conlleve al niño al fracaso escolar. Por eso, la sociedad entera apuesta porque la niñez aprenda a leer cuanto antes, y cuando lo hace, espera que lo haga bien.

Según Horcas Villarreal (2009) la lectura comienza antes del aprendizaje formal. El niño desde pequeño lee imágenes, láminas, carteles, propagandas. Además extrae significaciones de ellas y le sirven para hablar e inventar historias. Esta etapa en el desarrollo del niño es fundamental. Todo lo que adquiera a través de los miembros de su familia será beneficioso en el momento de aprendizaje de la lectura.

Para Franz Smith (2009), la lectura, se inicia con una entrada gráfica, los ojos recogen las marcas impresas y las envían al cerebro para que este lo procese. Ese procesamiento solo es posible por los conocimientos y experiencias contenidos en la memoria del lector. Gracias a ello el cerebro puede tomar decisiones respecto de la información visual y construir un significado para el texto en cuestión.

En el acto de lectura hay dos tipos de información: la visual, aportada por el texto y la no visual constituida por la competencia lingüística, experiencia previa, y el conocimiento sobre el tema que posee la persona que lee. Esto nos lleva a pensar que el proceso de lectura no se realiza de manera perfecta, sino que debido a su carácter dinámico está propenso a errores, pero este proceso es lógico, al ser producto de la actividad humana, mas, la superación de estos percances, ayudan al futuro lector, a avanzar en el proceso (SMITH 1983).

Solo una enseñanza adecuada de la lectura, garantizará una apropiada formación académica. Sin embargo, la realidad de la población lectora es cruda. Muchas veces, sobre todo en la escuela, la lectura termina siendo una burda imposición, y la lógica más elemental nos demuestra que lo impuesto, se rechaza.

Actualmente, hay mucha resistencia a la lectura, se lee, pero no se lee bien, o lo más crítico, no se entienden lo que se lee. Muchos factores influyen para que esta álgida situación se arraigue más en nuestra sociedad, algunos de ellos son: los distractores que laten en nuestro entorno, ofertando entretenimiento de todo tipo; la pobreza extrema y el desinterés de los responsables en asumir políticas educativas, pero también hay responsabilidad directa en los primeros encargados de acercar la lectura a los primeros lectores: los padres y maestros.

He aquí una ardua tarea que nos espera a padres y maestros, en principio para revertir esta situación, pero a la postre, para crear generaciones de lectores habituales.


LA COMPRENSIÓN LECTORA





Según estimaciones que miden la calidad educativa, en nuestra realidad, desde los primeros grados de primaria, los rendimientos más bajos en comprensión lectora, se refieren a los niveles que involucran instrucciones y consignas.

El estudiante que comprende lo que lee tendrá más facilidad para interpretar, retener, organizar y valorar lo leído. Es uno de los procesos básicos para la adquisición de cualquier conocimiento humano, ayuda al estudiante a estimular su desarrollo cognitivo-lingüístico, refuerza su autoestima y le brinda seguridad personal.

Para ayudar al niño a adquirir el hábito lector y mantener interés por los libros y la lectura, se requiere motivación constante de los padres y maestros. No puede transmitirse algo que no se siente, por lo que se torna una exigencia categórica la lectura a partir de los intereses del niño y según una adecuada orientación para que el niño vaya asumiendo en su vida la necesidad de leer.

En el proceso lector, interactúa el estudiante con el texto, este acto es el soporte de la comprensión lectora, de esta simbiosis dependerá el futuro del niño con relación a la extraordinaria experiencia de la lectura.

Para que el lector pueda comprender (SOLÉ, 1992), es necesario que el texto en sí se deje comprender y que el lector posea conocimientos adecuados para elaborar una interpretación acerca de él. Un factor importante, para la construcción de la interpretación de textos, es el conjunto de estrategias que el lector utiliza, para recordar lo que lee y llegar a la comprensión. El lector que emplea correctamente estrategias será consciente de aquello que entiende y procederá a solucionar algún problema con el que se encuentre.


EL PROBLEMA DE LA COMPRENSIÓN LECTORA

El Ministerio de Educación afirma que para que haya comprensión lectora es importante tres niveles de comprensión: literal, inferencial y crítico. Si el estudiante falla en uno de ellos, su comprensión lectora se verá afectada.

La comprensión lectora requiere necesariamente cierta reflexión a partir de un texto escrito, con el propósito de lograr metas correctas, desarrollar el conocimiento y potencializar al estudiante a fin de que pueda desenvolverse adecuadamente en su entorno y cumplir a cabalidad su rol social. Y hasta que no asumamos todos nuestra responsabilidad social, y no entendamos que la comprensión de textos no es una capacidad desarrollada solo durante los primeros años escolares, para aprender a leer y escribir, sino un conjunto gradual de conocimientos, habilidades y estrategias que se desarrollarán a lo largo de la vida en distintos contextos y en interacción con los demás, este estado de cosas se irá arraigando más y más.

La escuela tiene una gran responsabilidad en el aprendizaje inadecuado de la lectura, debido a:

a. La enseñanza memorística.
b. La falta de énfasis en la enseñanza de habilidades de comprensión de la lectura.
c. La falta de preparación en métodos de estudio e investigación que tienen como base las destrezas de lectura y permiten al estudiante seleccionar, organizar e integrar la información.

Hasta los años 70, muchos especialistas consideraron que la comprensión lectora era resultado directo del descifrado, se daba por comprendido un texto, si los alumnos eran capaces de nombrar las palabras. Pero a medida que los profesores guiaron más su actividad a la decodificación, comprobaron que la mayoría de los alumnos no entendía lo que leía.

A partir de esta reflexión, vemos que una de las causas del bajo nivel de la comprensión lectora, es la hegemonía del método tradicional. Este considera al estudiante como un receptor pasivo, en este contexto el docente es el dueño del conocimiento, es el centro del proceso enseñanza - aprendizaje, él es quien impone la autoridad en el aula. Los alumnos se dejan llevar por la corriente, no asumen una posición crítica ni reflexiva frente a la vida.

RECOMENDACIONES

La tarea para la escuela en general, pero en particular para los docentes del área de Comunicación, es la necesidad imperiosa de reeducar el aprendizaje de la lectura y fomentar el hábito de lectura.

La formación de hábitos de lectura es una tarea ardua y un proceso complejo que debe empezar desde los primeros años. Requiere de la atención de maestros y de padres de familia.

Para conseguir resultados efectivos se debe tener en cuenta lo siguiente:

• El rol de la familia. Los padres deben reforzar los conocimientos que el niño va adquiriendo en la escuela, ellos mejor que nadie conocen las potencialidades y las aspiraciones de sus hijos.
• Despertar el interés. La lectura en la adolescencia debe girar en torno a los temas que despierte su interés.
• Libertad. La lectura no debe imponerse nunca, jamás debemos emplearla como un recurso punitivo.
• El propio ritmo de aprendizaje. Nunca debemos comparar las habilidades de lectura de un alumno con las de otro.
• Intercambio de ideas. Cuando el alumno termine alguna lectura, se debe entablar una conversación amena para saber lo que más le gustó y por qué. Las evaluaciones rígidas al respecto, lo alejan del placer de leer.

CONCLUSIONES

• El problema de la lectura es un problema de todos, y mal hace la sociedad culpando, solamente, a la escuela.
• Los métodos activos que se emplean en el aula, para superar el problema de la comprensión lectora, deben de estar acordes con las necesidades de los estudiantes.
• Las programaciones curriculares deben estar contextualizadas y deben apuntar al desarrollo de las actividades de aprendizaje del estudiante.
• El binomio maestro ¬– alumno debe centrarse en el interés por el estudiante, para consolidar el amor a la escuela, a la lectura, a una comprensión lectora.
• Si el maestro muestra interés y preocupación por el alumno y lo alienta continuamente en sus logros, pequeños o grandes, la comprensión de la lectura será optima.
• La capacitación del docente, para mejorar la metodología en el arte de enseñar a entender la lectura, debe ser permanente.
• La escuela debe motivar constantemente a los alumnos, para que se interesen más en la lectura.
• Debemos considerar que las condiciones de la infraestructura influyen en el bajo rendimiento académico y por ende en la comprensión lectora de los alumnos.
• Todas las condiciones pedagógicas, sin excepción, influyen en el nivel de comprensión lectora de los alumnos.
• La obtención de las capacidades de comprensión lectora de los estudiantes, permitirá que sean competentes, reflexivos, críticos, que sepan analizar cualquier tipo de textos.
• Los logros de nuestros alumnos redundarán en beneficio de ellos, de nuestra escuela, de la sociedad y de la humanidad entera.








BIBLIOGRAFÍA

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Amado Muñoz Cuchca